SOLO HAY QUE MORIR, PARA SER MERITORIO, MUY BUENO E IMPORTANTE (HIPOCRESÍA HUMANA)
“¡OH! América infeliz que solo sabes de tus grandes hombres vivos, cuando ya son grandes muertos” (Lic. Federico Henríquez y Carvajal)
Redimir
es lo mismo que liberal de culpa alguien que se le imputa uno o varios
hechos, es rescatar de la esclavitud a alguien que la padece, conducir a la
libertad al que se le atribuyen hechos
dolosos, dejar sin responsabilidad después de acusarse de muchas cosas, redimiendo se limpia la persona de
todos sus males sin importar los daños que produjo, la hipocresía humana mientras se vive tilda,
acusa, responsabiliza, maldice, culpa, rechaza, odia, castiga a sus congéneres
y solo a ruegos algunas veces cede al perdón o disculpas
Unos y otros, mientras viven se
compadecen, se aman, se aborrecen, hacen de su habitualidad un mundo reciproco,
logran transacciones de amistad beneficiosa para obtener posibilidades entre grupos, aunque los
encuentros negativos no se excluyen en sus convivencias, acusaciones,
maldiciones, insultos, rechazos, enemistad y aberraciones son partes de sus
encuentros, sus acusaciones negativas y positivas son partes importantes de la
cotidianidad pero los conduce con rapidez al conflicto.
El Lic. Federico Henríquez y Carvajal, nació
en Santo Domingo en 1848 y murió en 1951, propagó la emancipación cubana,
también colaboró con Hostos en sus ideales pedagógicos, por el 1916 con la
invasión de los EUA rechazó la presidencia de la Rep. que se le oferto en esos
tiempos, su conocimiento conductual de los dominicanos, su forma de actual con
gentes de gran valía, los condujo a pronunciar ese aforismo o sentencia, hecha
un axioma, una verdad de verdad, los hombres y mujeres solo son meritorios y
sano después de muertos. ( ¡Oh! América infeliz
que solo sabes de tus grandes hombres vivos, cuando ya son tus grandes muertos).
Bien es sabido que vivo es que los humanos
producen conflictos, logran solución cuando flexibilizan los intereses que
producen sus competencias políticas, religiosas, sociales y económicas, que son
las fuerzas más poderosa de la tierra, los rencores personales, el interés de
sobresalir en sus acciones diarias, estar en la delantera por encima de los
demás, es el punto ácido que reina en todas las tendencias que ofrece lustre,
brillantez y lucimiento, esa actitud degradante y egoísta para aceptarlo y
reconocer los valores que adornan sus iguales, haciéndose incapaz de reconocer,
salvo las excepciones, los meritos y obras buenas que producen los humanos en
su vida activa.
En las organizaciones políticas,
económicas, religiosas y otros grupos fuertes en el planeta tierra, se perfilan
líderes natos de grandes resonancias, son hombres o mujeres que la gran mayoría
busca y con gran algarabía aplaude sus discursos, con el tiempo surgen otros en
esos grupos que logran imitar algunas cualidades de sus superiores o
representantes y en poco tiempo obtienen liderazgo, su meta inicial es
suplantar al verdadero líder del grupo, surgiendo en ese momento los conflictos
de intereses entre las partes, la semilla nueva logra germinar en el grupo,
pronto con el soporte de alguna parte del grupo se cree un nuevo líder y su
deseo de superar a su posible oponente no admite reconocer las virtudes y
brillantez de quien le ofreció conocimientos.
Ese punto se convierte en ácido, pues
mientras viva no le reconocerá sus meritos, su temor radica en que reconociendo
sus valías antes de morir él no lograría avance, siendo segunda parte, ese
punto es discordia en todas las fuerzas y se practica en todos los grupos, esos
grandes grupos producen competencias social y todos aspiran a liderar el grupo,
buscan minimizar la valía de su oponente, pero si su rival fallece, los
meritos, galardones, brillantez y todos los parabienes son pocos, lo que en
vida se rechaza, después de muerto se acepta.
Para la hipocresía humana, la doble
moral es una práctica continua y descarada , al morir se limpian todos los
antisociales que han enlodado su conducta humana conduciéndola a una actitud
alevosíca, los que en vida eran odiado por su costumbre en el Sicariato,
estafas, usuras su costumbres delincuencial en contra de los valores patrio,
por su forma de vida en contra de la moral y el orden público, por su irrespeto
a las ordenanzas e indisciplina para despreciar el derecho de sus congéneres
marchitándole su existencia humana por cualquier disparate, aunque su diseño
vital fue un desastre social, la muerte lo limpia, para la hipocresía humana,
todo hombre y mujer después de muerto, es merecedor de aprecios y recompensas.
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