LA VOLUNTAD DE JEHOVA EN EL EDEN NO CONTEMPLO LA MUERTE, LA PRODUJO SUS DESOBEDIENCIAS.
“De todo
árbol del jardín puede comer hasta quedar satisfecho, pero en cuanto al del
conocimiento de lo bueno y malo, no debes comer de él, pues el día que coma de
él, positivamente morirá”
La lectura del texto que inicia el contenido para
este articulo, y que refiere el libro de Génesis 2, 16 y 17 que su contenido
expresa la prohibición de comer del árbol del conocimiento de lo bueno y lo
malo, y le advirtió que el día que lo comieran, Morirían o sea Adán y
Eva desobedecieron el mandato o aviso de Jehová, coman de todos los frutos del
paraíso o Jardín, hasta quedar satisfecho, pero ellos comieron de todos y
también del prohibido con su aviso.
El Tigris y el Éufrates eran los ríos que conformaban
la Mesopotamia del Edén o Jardín, donde por todo su espacio se movían Adán y
Eva, comían y disfrutaban de todas las benevolencias que el paraíso le ofrecía,
su vida vegetariana los mantenía fuerte y vigoroso, pues los vicios y consumo
de carnes que hoy existen, no eran partes de sus apetitos, sus platos eran las
frutas, disfrutaban de la limpieza del agua y del medio ambiente, pues la
contaminación de hoy, no era parte de su inocencia. Eva se esparcía por todas
bellezas y abundancia y silencio del paraíso, frutas bonísima y dulces por
todas sus partes, silbidos del viento que se traducían ritmos de músicas,
Mientras se aclaran los acontecimientos, Eva y Adán
se esparcían por todos los puntos del Jardín que albergaba su existencia, árboles
frondosos que producían distintos frutos, capuchos de flores y una vegetación
extensa cubría todo el terreno que totalizaba el jardín con una hermosa
fragancia que Adán y Eva disfrutaban extensamente, Eva cada vez que observaba
el fruto de prohibición, se volvía nerviosa, pues las tentaciones mentales por
probar las frutas que el árbol exhibía con una contextura de fruta dulce, sus
nervios irritaban todos su cuerpo, mientras su compañero, Adán se movía
solitario por todo el campo, Eva preparaba la formula de conquista para su
inocente esposo, para que probaran sus frutas de la prohibición, que lo
conduciría a la muerte.
La advertencia que Jehová Dios hizo, da entender que
su voluntad no contemplaba la muerte, solo fue una prueba de obediencia, pues
el capitulo 3, versos 3 indica una advertencia, Pero en cuanto a comer del
fruto del árbol que está en medio del Jardín, “Dios ha dicho, no
deben comer de él, no deben tocarlo para que no mueran” pero los pensamientos de Eva le mandaban de forma positiva, ¡No morirás! No morirás! La conducta emocional de Eva estaba enclavad en el
colorido y belleza de los frutos de ese árbol que le presentaba una dulzura
abstracta del contenido que exhibía sus fruta, Eva inundaba su mente de la
sabrosura que bridaría ese fruto, y violando todos las prohibiciones comió del
fruto prohibido, también motivó Adán y comió.
Un Simbolismo Bíblico y teológico envuelve hoy la
traducción de muchos textos, Ministros religiosos que traducen ese episodio de
una culebra física hecha Satanás y disque hablante, pues el simbolismo se
traduce en los estados emocionales, deseos y pensamientos que guardaba Eva como
fantasía u ocurrencia de probar esas frutas que el árbol exhibía para su
deguste. Las tentaciones como simbolismo
en pedimentos que le ofrecía la abstracta “Serpiente” incitante para que
probara el fruto, condujeron a Eva con la ausencia de Adán a aceptar la
obediencia de probar el fruto.
Jamás podrá ser la voluntad de Dios observar un
féretro o ataúd con un cadáver humano dentro, si su propósito desde el
principio fue una honorable advertencia, “Pueden comer y disfrutar de todos los
frutos que esos árboles producen, pero en cuanto al árbol del conocimiento de
lo bueno y lo malo, no deben comer” Génesis, 2, 16, 17. Si lo tocan morirán.¿ Entonces? Hay muchos ministros religiosos que su sermón o
discursos están en el equívoco. No es la voluntad de Dios que los humanos
mueran,.. “Al estar bajo prueba,
que nadie diga, Dios me somete a prueba”
porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni el mismo somete
a prueba a nadie. Sant, 1,13.
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